lunes, 22 de octubre de 2007

La Ley del Amor



Hoy quiero compartir una reflexión que me he estado planteando desde hace tiempo, tiene que ver esta, con todos los problemas, desaveniencias, separaciones, entre las personas motivados a sus creencias religiosas.

La Ley del Amor

La vida es una madeja de sentimientos encontrados y confusiones humanas que no te permiten vivirla intensamente y con propiedad. Existe diversidad de seres humanos a pesar de todas las características similares, físicamente hablando, entonces pregunto ¿Dónde radica la diferencia? Definitivamente en el alma de cada quien, como poder dudar de la veracidad de esta afirmación tan controversial a lo largo de la evolución del hombre.

El alma racional, tomada en su definición académica, es la unidad consciente, sensible y voluntaria que preside todos los actos inteligentes del hombre; en una palabra ¿El hombre es hombre y la mujer es mujer, por el alma, sin la cual no tiene voluntad, pensamiento ni conciencia, que es lo que le distingue de los irracionales que solo tienen su instinto?

Para Joaquín Trincado en su libro “Buscando a Dios”, el alma es el archivo-conciencia del hombre. Lo cierto es que el alma padece y goza, no la materia. Esto se evidencia en hecho tan contundente, como lo es cuando esta muere, sin embargo no sufre, no siente, no padece y a mi modo de ver, es cuando más debería sufrir, sin embargo se transforma en un manojo de materia inerte. ¿Es entonces, el alma, el vínculo con el Padre, con el Dios del amor, que dio en sacrificio a su hijo, por nosotros. Quiero pensar que si y por lo tanto cuesta aceptar, que después de la muerte no hay nada, sino la promesa de un paraíso, para aquellos que satisfacen los requisitos de no sabemos quien, si de la sociedad o de las tantas religiones que nos separan, en vez de unirnos y cohesionarnos como hermanos.

Absurdo, todo esto me parece tan absurdo, acaso, ¿no existen hombres y mujeres, buenos y buenas, malos y malas, practicantes de cualquier religión, en cualquier estrato social, en cualquier raza? Quien o que puede determinar donde están las pautas a seguir para alcanzar el paraíso prometido y salvarnos del infierno. Pienso que la única ley que debe prevalecer es la del amor, la del respeto y la valoración de cada ser, por el solo hecho de ser, de existir y no perder un tiempo tan maravilloso en crearnos barreras que cada vez nos separan más y nos impiden vivir, cumplir la misión real y verdadera que tenemos, construir una mejor humanidad, unida y sostenida por la fraternidad.

Mi papá, José Ferrer, un hombre que a todo lo largo de su vida, estuvo siempre a la búsqueda de respuestas a sus inquietudes espirituales, me decía, ante mis temores de niña y que me acompañaron en la adolescencia, que debía escuchar mi alma, cada vez que tengas miedo, cada vez que dudes, cierra tus ojos y busca dentro de ti, el consuelo ante el problema y entonces aprenderás que dentro de ti está el camino que te llevará al éxito, porque eres amor, concebida con amor, formada con amor, respeto y valores. El hombre para ser feliz, en todos los aspectos debe realizarse dentro de la ley del amor. Recuerdo cada uno de mis días, sus palabras, que hoy son el epitafio de la tumba donde descansan sus restos: La voluntad es una de las potencias del alma, hagamos uso de ella y marchemos hacia el oriente estoy seguro que la luz brillará dulcemente al terminar la jornada. Desde entonces esa es mi premisa, mi religión y norma de vida. No se si esta es la verdad, pero es mi verdad. Lo que afirmo es, que el Dios que busco, el Dios que mi alma comprende y presiente, no puede tener esos lugares de castigo, porque es contrario al amor que nos demuestra en la naturaleza.

Rynés

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